martes, 30 de junio de 2015

LOS MISMOS



















Inútilmente volvió atrás la mirada
donde sólo quedaban las ausencias
y un silencio alargado entre los dedos.

Caminó sin aliento a sus recuerdos
a algunos viejos ecos del camino
en ese punto donde la eternidad
que es una amante infiel y consentida
alzó la voz del tiempo como un trueno.

¡La echó tanto de menos ese instante!
los ojos luminosos, como llamas
la sonrisa mordiendo las tristezas
la salitre del mar entre los labios...

¡La echó tanto de menos desde siempre!
Fue una triste condena encontrarse
los dos supieron al besarse el alma
que ya no volverían a ser los mismos.

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