domingo, 2 de noviembre de 2014

A MI MADRE

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hoy regreso hasta ti
al vientre palpitante
que me devolvió al mundo
y fui rosa de otoño y hoja seca,
la uva dulce y suave
el rojo atardecer
a veces nube gris y otras tormenta;
 
A veces tempestad y otras remanso
fui carne de tu carne
la risa de tus ojos,
la espiga acariciada por tus manos
la que viste crecer
y llorar en tu seno
la que inició su vuelo al infinito.
 
Hoy regreso hasta ti
con lunas plateadas en el pelo
sin ser mía ni tuya
sin poseer más bienes que la lluvia,
este soplo de aire nacarado
y tu inmensa bondad
al darme vida.

CRUZO EL LABERINTO

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
No sé si es la nostalgia
esta bruma que crece
en el breve reducto
de mis horas desiertas.
 
Aparece de pronto
con su sórdido rostro
afilando cuchillos
para herirme de muerte.
 
Y yo, que nunca huyo
enfrento su mirada
de sombras insolentes
viajando a la deriva.
 
Acudo a su llamada
y cruzo el laberinto
donde sé que me espera
con los brazos abiertos.
 
En ese oscuro espacio
reúno mis orillas
hay veces que el vencido
renace de su suerte.