viernes, 12 de junio de 2015

OSCURO Y AMARGO






















Me gustaba prepararle el café
sentir como besaba mi espalda
en la distancia.
Me gustaba sentir el tacto de su cuerpo
abrazados, para no caernos del mundo
bebiéndonos la emoción de los ojos
mientras el café sobre la mesa
se enfriaba.

Hoy sigo preparando aquél ritual
más por necesidad que por costumbre
sólo que ya nadie me besa la espalda
en la distancia,
ya no nos abrazamos para no caernos
del mundo.
Hoy tomo el café a solas
oscuro y amargo como un mal presagio.

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