jueves, 6 de febrero de 2025

COMO LAS AVES

 No sé conjugar el desaliento.

Los cuerpos que tocamos
permanecen en las yemas de los dedos
y sus nombres  amados,ahora tan lejanos  se van desvaneciendo y ya no importa.
La ciudad me es huidiza y ajena,
como aves que emigran empuñando distancias.
Es más fácil ahora sembrar la primavera
aunque sea el otoño quien me alberga.
Estoy al borde de una habitación sin ventanas, pero veo claramente el sendero.
Tu mano me acoge y me sostiene
ahora que se precipita el invierno.
El frío me cala hasta los huesos
y sé que he de partir, como las aves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario