martes, 10 de septiembre de 2024

LA LEVE CAÍDA

 ¿Quién hubiera pensado

que la leve caída de una hoja

causaría tanto estruendo?

Que siempre llegan los otoños

y detrás los inviernos 

con sus cuchillos de lluvia

dejando un boquete inmenso

en la raíz del árbol. 


¡Quién  pudiera regresar a tus ramas!

Contemplar nuestro árbol intacto

sin el paso implacable de los años

sin la trampa de la vida que se escapa

entre dedos y rutas sinuosas.


¡Quién pudiera volver

Al hambriento deseo del niño

de devorar su infancia,

a la fuente del pueblo,

a tus manos abiertas

dispuestas al abrazo!


Quién pudiera ser eternamente infante,

escuchar el futuro en canciones del aire

y reír sin motivos y llorar de la risa

cuando el miedo y la prisa no comían las entrañas,

cuando el único credo era el verbo en los ojos

y la búsqueda extraña de la exacta palabra.


¿Quién iba a decir entonces que el infinito acaba?

Que se muere un poema quemando en la garganta

y que los ríos desembocan en mis ojos,

que todo el océano se alberga en una lágrima?


¿Quién hubiera pensado

que la leve caída de una hoja

causaría tanto estruendo?


Inma Diez


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