Hace ya tiempo que amar es sólo un verbo
pretérito imperfecto,
cargado de presentes discontinuos,
de anhelos enhebrados en noches prestadas,
en minutos robados,
en horas ajenas a los brazos hambrientos,
a las bocas sedientas
a los sexos ansiosos de encontrarse.
¡Qué leve es el amor! ¡Qué leve el beso!
¡Qué efímero el placer de los amantes!
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