¿Sabes que el mar es sal y agua?
Lo mismo que las lágrimas...
tal vez por eso siempre
me gustó ver el mar,
un montón de lágrimas
que de pronto se encuentran,
que se unen llorando en compañía.
El mar, mi soledad,
la inmensa soledad de quien no espera.
La amargura,
el dolor del que ha sido abandonado,
el vaivén de las olas...
llegando y huyendo de la orilla
llegando por momentos,
huyendo por instantes,
dejando incertidumbres
y tanta, tanta sal entre su espuma.
Mañana no estaré.
No me busques debajo de una tumba,
mis pasos son del mar y hacia el mar vuelven,
seré agua y sal... y espuma
las lágrimas se quedan en la orilla...
amantes para siempre de la arena.
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