viernes, 22 de junio de 2012

SOLA






















Ahora estoy sola
devastadoramente sola
como única heredera
de esta ancha soledad.

Se oye el rumor del agua
en la noche callada
se va apagando el mundo
detrás de tu presencia.

Permaneces inmóvil
intacto en la memoria
como una vieja sombra
que siempre me acompaña.

Yo también morí un poco
el día que moriste
y eclipsó tu sonrisa
un rastro de silencio.

Yo también estoy muerta
al pie del infinito
y aún ondea en mis ojos
un resto de tu alma.

Ahora estoy sola
devastadoramente, sola.
 

3 comentarios:

  1. es la terrible soledad que nos dejan los muertos...es un poema hermoso, es como la lluvia de San Sebastián, ese chipi, chipi, que parece que no moja pero termina empapándote...

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  2. Gracias Anabel y María por pasaros y comentar. Un abrazo!!!

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