martes, 15 de enero de 2013

MANOS DE ARCILLA















El rastro de una aurora
recoge otro lamento
las olas van creciendo
en tu alma de granito.

Entrelazan tu cuerpo
con sus brazos de agua
vistiéndolo de espuma
en su abrazo infinito.

Te mueres de tu vida
renaces de ti mismo
un sepulcro adormece
la inquietud de un suspiro.

En mis manos de arcilla
llevo un sueño encendido
una flor en los labios
y un deseo escondido.

El rastro de una aurora
recoge otro lamento
las olas van frunciendo
el último latido.

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