sábado, 6 de octubre de 2012

NO CREO














 
 
 
 
 
 
 
 He perdido la fe y hasta las coordenadas
en un laberinto de dogmas sin sentido,
no creo en el sollozo de una iglesia
que no evita el dolor de su rebaño.

He perdido los sueños y no creo
en la mano limosnera sin conciencia.
 
Creo en la soledad del desvalido,
en el llanto desértico de un hombre,
creo en la flor que nace entre los cardos
creo en la hierba, creciendo indiferente.

No creo en el sepulcro que me espera
ni en las lágrimas que se derramen en mi entierro.
No creo en el enigma del mañana,
con sus falsas promesas de futuro.

Creo en la bondad de una caricia
cuando en los hombros pesa la desesperanza,
creo en la mirada de un amigo,
que te tiende la mano cuando estás abatido.

Creo en la lluvia cayendo en el cristal de mi ventana
creo en el sol que sale cada día,
creo en la libertad de pensamiento
y creo en el poder de la memoria.


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