jueves, 16 de junio de 2011

MURIENDO EN EL VIENTO

                                                       

Llueven las palabras muriendo en el viento
la noche estrellada perfuma su llanto,
trepando en el árbol del cruel desencanto,
donde anidan sueños, de futuro incierto.

De pronto se aleja con nieve en las manos
el mudo lamento que ahoga sus días,
cantos de sirena harán compañía,
a la rosa fría, de pétalos vanos.

Se abre el incierto pasillo del pecho
se apaga una estrella en la noche callada,
el lóbrego invierno huirá en la mañana,
dejando una luna, sangrante en el lecho.

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