sábado, 23 de abril de 2011

ABROJOS EN EL ALMA


  Serpenteando en silencio
la levedad candente,
del deseo postergado,
convertido en lamento.

Renaciendo de nuevo
en mudo desconcierto
albergando latidos,
de placeres inciertos.

Ensoñación perdida,
distraída la mirada
que arrancará la vida,
aún no pidiendo nada.

Desierto de los sueños
en rocas escarpadas,
dueño de los deseos,
señor de madrugadas.

De los locos anhelos,
de abrojos en el alma,
en la quietud del día,
recobrará la calma.

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