Tengo la edad de amanecer a la vida
esa edad sin prisas ni carreras,tengo los años justos de la brisa
besándome el pelo,
de la mentira bajando por la espalda,
resbalando como aceite entre mis dedos.
Tengo esa edad de creer en las hadas
aunque alguna ilusión sea ya ceniza,
tengo la edad del fuego en la garganta,
del porvenir ya venido, de la corriente del río
fluyendo cuesta abajo.
Tengo las mariposas despiertas,
los enojos dormidos
tengo el libre albedrío entre las manos.
Tengo los años justos, ni uno menos
y albergo entre mi pecho mil canciones
al menos cien historias que recuerdo,
tengo algún paraíso en la memoria
y algún que otro infierno desterrado.
Tengo en verdad, la edad que me merezco.
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