martes, 8 de diciembre de 2015

TAN DISTINTOS

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La noche descendía calle abajo.
Era otoño, ¿recuerdas?
como aves silenciosas volamos a encontrarnos
dos sombras ateridas buscándose en la otra.
 
Nunca sabré qué presidios desollaban tu alma
qué cárceles de miedo te sangraban la boca.
 
Tus ojos encubiertos de negro desconsuelo,
huían como pájaros camino de la aurora.
 
¡Éramos tan distintos!
Acuné tus sollozos al borde de mi pecho
y velé tu desvelo desnudando las horas.
 
Era otoño, ¿recuerdas?
A los pies de una hoguera vibramos como necios
cantamos al oído de la noche filosa.
 
Nunca podré saber qué buscaban tus manos
qué besos eran míos y cuáles de otra boca.
 
Estábamos huyendo de la muerte
con abrazos de sal, de abismos y derrotas.
 
¡Éramos tan distintos y estamos tan distantes!
 
Apenas nos salvamos del mundo y de la muerte
para caer en el pozo de este olvido punzante
de este cielo plomizo que en silencio nos nombra.
 

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