domingo, 11 de diciembre de 2011

HE GASTADO MIL NOCHES

He gastado mil noches
quemándome los ojos,
cegándome el reflejo
que me arrastró al vacío.

Ya no palpita el aire
ni tirita el instante,
cuando el sordo oleaje,
con su fuerza me llama.

No quiero que me encuentre
rendida y aplastada,
sumisa y entregada,
a ésta desolación.

He gastado mil noches
quemándome los ojos,
lamiendo los escombros,
que asolaron mi vida.

Algún lucero tiembla
delimitando el cielo,
avanzo lentamente
y vuelvo a renacer.

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