me propongo el olvido,
tal vez como despecho,
me propongo el desdén.
Y en la triste estación
donde estuve esperando,
dejaré la maleta,
tirada en el andén.
Y ya no soñaré
con su fugaz sonrisa,
y cuando piense en él,
tampoco sonreiré.
He de marcharme ya,
es tarde y tengo prisa,
como un jirón de brisa,
desapareceré.
Y el misterioso abismo
que se abrirá en el pecho
cuando pasen mil días,
se cerrará también.
No hay una soledad
que dure para siempre
aunque cuando despierte,
siga pensando en él.
Maravilloso también, acaba reflejando lo que de verdad existe, seguir pensando en él, me encanta gracias !!
ResponderEliminarGracias Antonia. Un abrazo grandote!!!!
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