que acompaña mis noches
atrapado en la red
de terribles nostalgias.
Desde el exilio impuesto
de estos amaneceres
deshabitados sueños,
de última confianza.
Horizontes lejanos
que arañan mis días
y me dejan inmóvil
como si fuera estatua.
Adentrada en la niebla
tristeza aproximada,
que sólo fue colina
y soñó ser montaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario