viernes, 5 de agosto de 2016

UN DÍA





















Un día uno se cansa de esperar
y decide levantarse
sin saber a ciencia cierta
a qué lugar le llevarán sus pasos
qué caminos habrá de recorrer
antes de llegar a su meta,
ni si sabrá reconocerla cuando llegue.

Un día uno se da cuenta
que le sube el hastío hasta la boca
y que habrá de encontrar un bebedizo
que le haga más leve su paso por la vida,
que aminore el impacto,
algo que le anestesie
que le haga olvidar el último fracaso,
ese olor a derrota que le impregna la piel.

Un día uno descubre
que no es malo estar loco
entre tanto cuerdo insano,
que saltar sobre charcos
sólo es otra manera
de preservarse de la cordura.

Un día uno decide que ya basta
de normas, de dogmas y de cuerdas
que aprietan las gargantas,
que cortan el aliento y la alegría.

Un día uno se asfixia
y empieza a caminar sin rumbo fijo
tal vez hacia el reencuentro con su esencia
tal vez hacia el vacío
que le espera.

4 comentarios:

  1. Muy buen poema, pero cuánta desolación en sus líneas

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  2. Gracias, querida Edith. Un abrazo!!!

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  3. Entrañable. La verdad cuando te alcanza no es desolación, es el Vacío del que todo puede salir. Un saludo afectuoso.

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  4. Gracias por pasarte, Luís Roche. Saludos!!!

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