domingo, 17 de enero de 2016

POR FIN EN CASA

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
He marchado
dejando la ceguera tras mi espalda
ahogando los sonidos de estas calles
donde todo tiene un precio
donde hasta la sonrisa es parte del negocio.
 
He huido
de los que no escuchan la música
de los que han perdido el ritmo
de los muertos vivientes
de aquellos que se empeñan
en regar la tragedia.
 
He vuelto a mi niñez
presintiendo la mano
que acogía a la mía;
A los campos sembrados,
al olor de las rosas.
 
He vuelto a su voz
a su ternura,
al aroma del pan y del cariño
a los brazos que me dicen:
"Estás por fin en casa".

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