
¿Quién coronó en tus ojos mil aristas de hielo
y apresó en tus pestañas el cieno de la tierra?
¿Quién degolló tu alma y arrasó tu camino?
¿a quién le permitiste triturarte en sus manos?
¿Cuándo tu corazón fue pasto de abandono?
¿quién le llenó de arena los bolsillos al viento?
¿Cuándo empezó a morir, alondra descarriada
la sonrisa sin tiempo, despreocupada y leve?
¿Cuándo empezó una máscara de lodo y desencuentro
a cubrirte de hastío deformándote el rostro?
Ahora rasgas las lunas de un nuevo calendario
ese donde germinan inviernos y amarguras.
Un gemido se ahoga tras la lágrima abierta
que vive en la penumbra de tu vida marchita.