lunes, 17 de octubre de 2016

DEJAR QUE EL TIEMPO PASE









El arte de guardar cada palabra
dejar que el tiempo pase,
mirar hacia otro lado
anestesiar la lengua y los sentidos
y mientras tanto
cerrar el corazón,
poner cercas al campo
vallar bien los latidos
tener bajo control los sentimientos
y fingir que no fue
fingir que nunca fuimos
sabiendo que aún siendo
ya nunca más seremos
Dejar que el tiempo pase...
Dejar que el tiempo pase...
Dejar que el tiempo...

A LIMÓN Y DESENGAÑO







Apenas va quedando entre los dedos
la curvatura breve de tu espalda
en los labios, un resto de alabastro
y el regusto a limón y desengaño.

Se queda entre los ojos
la diluida imagen del deseo
en el pecho, un corazón venido a menos
y el regusto a limón y desengaño.

Se queda entre la piel alguna huella
una herida en el alma
un anhelo de olvido
y el regusto a limón y desengaño.

Y YA PUESTOS









Y ya puestos,
¿Por qué no dedicarnos un adagio
una puesta de sol, un nuevo invierno?
¿Por qué no disolvernos en el otro
y ser víctimas propiciatorias
de este sol que nos quema?

Y ya puestos,
¿Por qué no permitirnos arco iris?
¿Por qué no perpetrar este momento?
¿Por qué no fabricamos alas nuevas
para volar tan lejos
como nuestra imaginación
nos lo permita?

Y puestos a pedir...
¿Por qué no me regalas esta noche
y dejas que mis brazos te sostengan
mientras caemos juntos
a algún abismo nuevo
que inventemos?