La luna prisionera del olvidosaluda el alba blanca silenciosa
yermo jardín, soñando con ser rosa
que caminó, pasando inadvertido.
Susurra a las estrellas que se aleja
luciérnaga que quiso ser lucero
y guarda en su tibieza algún te quiero
que aprieta el corazón en cruel madeja.
Fuego devorador en su amargura
preso de la pasión que le acompaña
llevándole a un camino de locura.
El alma errante volará sin vida
cantándole a las sombras de los sueños
una triste canción de despedida.
¿Puedo guardar estos versos en el alma? Me gustaría conservarlos ahí.
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