en ésta hora de nubes y de frío
avanzarán mis miedos como un río,
gritando con lamentos de campana.
Es tan leve el perfume de una rosa
como el sordo dolor de madrugada
que lacera mi alma abandonada,
volando como tenue mariposa.
Este vagar incierto en las tormentas
que tú también conoces aunque callas,
adorna mis largas horas desiertas.
¡ Qué lentos los minutos cada día!
¡ qué triste es el color de mi tristeza!
¡ que extraña soledad en compañía!
"¡Qué extraña soledad en compañia!" y yo te digo...Qué suerte el encontrarte en este día!
ResponderEliminarQuerida Inma: el soneto, en sí mismo, no es el género poético elegido por las grandes masas de escritores. Ni tan siquiera es estimado por una alta mayoría de ellos. ¿Tal vez desconocimiento o falta de atrevimiento?
ResponderEliminarYo, que no soy nadie en este mundo de la literatura preparado para dar lecciones, te invito a que continúes en esta línea pues, tu quehacer, intimista como tú le llamas, deja de serlo en el preciso momento en el que llega a tus seguidores y lo disfrutamos apasionadamente. Al menos es mi caso. Gracias de nuevo, Inma por tus constantes regalos.
Gracias Hombre de Tinta, por tus comentarios.
ResponderEliminarUn saludo,
Inma
Gracias querido Pedro. Tus comentarios me ayudan a seguir,y pensar que voy por buen camino.
ResponderEliminarGracias por leerme y por seguirme.
Inma.
Esa sensibilidad tan exquisita a la hora de tratar las situaciones que duelen, ese tener siempre presente no sólo el propio sentimiento sino también el que puede estar sintiendo el otro, da a tus poemas un valor a mi parecer extraordinario. Enhorabuena por este bello poema. Gracias Inma.
ResponderEliminarGracias Alma en el verso por tus comentarios. Un placer que disfrutes con lo que escribo.
ResponderEliminarSaludos,
Inma