No le importó su miedo
le ataba la lujuria
y la invadió de sombras
y náuseas infinitas.
La arrastró a su desprecio
a sus bajos instintos
manteniéndola presa
en sus manos de hierro.
Se cobijó en la noche
y arrasó su inocencia;
El fondo de la tierra
se abrió para acogerla.
Y se hizo paloma
surcando el horizonte
enterrando en la bruma
su alma abandonada.
No le importó ya el miedo
y lo dejó en el lodo
perdiéndose en las nubes
donde no la alcanzara.
Muy buena, me encanto. Saludos
ResponderEliminarGracias Nikta. Un placer que te haya gustado.
ResponderEliminarSaludos,
Inma
Preciosa!!!!!......
ResponderEliminarGracias Lilliana, por pasarte y comentar. Saludos!!!
ResponderEliminartodo un pacler leerte..besos
ResponderEliminarGracias,Paqui. Besos!!!
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