lo que nunca fue nuestro,
alquilamos minutos
y robamos crepúsculos;
Ahora es el momento del regreso.
Pero hubo una vez, en que por un instante
fue más fuerte el deseo y ganó la osadía,
se tiznaron de sueños las miradas ardientes,
y nos abandonamos, besando un imposible.
Queda un sabor amargo que se prende en mi boca,
increpando a las horas, que te alejan deprisa,
al fondo de tus ojos, agoniza mi nombre,
y vislumbro campanas, que van tocando a olvido.
Tantos suspiros arrancan esos versos, cuanta ternura se cobijan en ellos; seguro estoy que el olvido no podran desaparecer.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, Leonel.
ResponderEliminarAbrazos,
Inma
Hermoso e intenso poema, Inma. Besos
ResponderEliminarGracias Liliana. Besos.
ResponderEliminarMe zambullo en tus versos y me encuentro como en casa...seremos almas gemelas?
ResponderEliminarMe alegra que te sientas en casa entre mis versos. Siempre bienvenida. Un abrazo!!!!
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