diviso el horizonte,
me crecen alas nuevas
en la hora tardía.
No cambio ésta tristeza
por un rumor de olas,
que las olas se alejan
y la tristeza es mía.
¡Qué gran silencio acude
a traerte de nuevo!
¡qué naves no se hundieron
ante tanto naufragio!
¡Qué lágrimas vinieron
convirtiéndose en fuego!
y se fueron al mar,
a escribir mi epitafio.
Precioso Inma. Me encantó leerte. Besos
ResponderEliminarGracias Ofelia. Besos también para ti.
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