Se fue,
la más aciaga y triste de las noches;
Aunque estaba a mi lado
rozando piel con piel
boca con boca
ya no estaba en sus ojos
y aquella habitación
se hizo más pequeña por momentos,
mientras los dos buscábamos en vano
alguna buena excusa para irnos...
El día nos pilló desprevenidos
y sólo murmuramos "hasta luego"
diciéndonos la última mentira.
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