Si ves crecer desnudo entre las rocas
un corazón de infinita pureza
que ofrece su latido sin fisuras
y avanza apresurado a encontrarse contigo
No sacudas tu pecho con sorda diligencia
después de haber bebido la sangre de su fuente
ni hagas morir al duende que besó tu sonrisa
cubriéndolo de oprobio, desazón y desdicha.
No naufragues la magia que nació simplemente,
que fue luces y sombras de un instante infinito
no maldigas el sueño que perece en la aurora
mientras la soledad se instala tras la puerta.
:-)
ResponderEliminarGracias por leer, Angelo Apolito. Besos!!!
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